Según la ciencia (y ChatGPT), el mejor KPI es...

Según la ciencia (y ChatGPT), el mejor KPI es...

En un mundo lleno de siglas — KPI, FYI, ASAP, FOMO— es tentador pensar que también existe un KPI universal, el más importante, el que resume todo. Pero la realidad es otra: no existe un único KPI que funcione para todas las empresas, equipos o proyectos. Y lejos de ser un problema, esto nos invita a pensar con mayor profundidad sobre qué medimos, por qué lo hacemos y qué decisiones tomamos a partir de eso.

Hoy estamos rodeados de datos. A nivel personal: pasos diarios, horas frente a la pantalla, cantidad de calorías. A nivel profesional: ventas, NPS (Net Promoter Score), market share, tiempo promedio de servicio/entrega. El desafío ya no es recolectar datos, sino elegir qué medir, cómo interpretarlo y, sobre todo, cómo usarlo para actuar a tiempo.

El KPI correcto empieza por la estrategia

Antes de buscar el mejor KPI, tenemos que tener claridad sobre la estrategia: ¿qué busca lograr mi organización, área o proyecto? Una vez definido ese norte, podremos buscar traducir en objetivos claros y determinar los indicadores adecuados que nos ayuden a saber si vamos por buen camino. Es en este momento que logramos que la “I” (indicador), realmente merezca llevar las letras “KP” adelante: porque está alineado con lo que realmente nos importa.

Dentro del Grupo BASF, existen metas claras y objetivos estratégicos. Una de ellas es alcanzar el 30% de mujeres en posiciones de liderazgo a nivel global hacia 2030. Desde nuestro Hub en Montevideo, según nuestro Informe de la Sostenibilidad en nuestra gestión 2024, el 60% de los roles de liderazgo fueron ocupados por mujeres. Tomando esto de ejemplo, vemos que no se trata de un número aislado, sino de un KPI conectado con la estrategia y los valores de la compañía.

¿Qué hace que un KPI sea útil?

Un buen KPI no es solo un número, es una herramienta de gestión. Para ser efectivo, debe cumplir con algunas condiciones esenciales:

Cuantificable – Debe poder medirse con claridad (por ejemplo: en % o en escalas)

Comparable – En el tiempo y, cuando sea posible, con estándares del mercado (benchmarking)

Oportuno – Brindar información en el momento adecuado

Con responsable asignado – Para asegurar comprensión y seguimiento

Con metodología clara de cálculo – Evitar el clásico “lo trae el sistema” y entender cómo se calcula.

KPIs para decidir, no para decorar

Los indicadores no son adornos de presentaciones ni relleno para dashboards. Su verdadero valor aparece cuando permiten tomar decisiones, identificar oportunidades de mejora y ajustar el rumbo cuando es necesario. Como dijo John W. Tukey:

“Es mucho mejor una respuesta aproximada a la pregunta correcta que una respuesta exacta a la pregunta equivocada.”

Medir lo correcto es más importante que medirlo perfecto.

El valor de saber qué mirar

Un ejemplo curioso es el del “pizzómetro”: durante momentos de tensión política en EE.UU., se registraban aumentos de pedidos de pizza de restaurantes alrededor de las oficinas clave como el Pentágono. ¿Coincidencia? No del todo. Estos picos solían anticipar decisiones importantes en política internacional. ¿Era un KPI formal? No. ¿Fue útil? Bastante.

El punto no es buscar señales excéntricas, sino entender que quienes saben qué observar y cómo interpretarlo, muchas veces logran anticiparse mejor al contexto.

Cinco principios clave para trabajar con KPIs

  • Menos es más: empezá con pocos KPIs clave. Luego podés sumar.
  • Medí lo que podés accionar: si no se puede intervenir, mejor enfocar la energía en los que puedas mejorar.
  • Evaluá el costo de medir: el esfuerzo debe tener retorno.
  • Medí varias dimensiones: calidad, tiempo, eficiencia. Evitá que un solo indicador sesgue el comportamiento.
  • Revisalos con frecuencia: un KPI útil hoy puede no serlo mañana. Por ejemplo, el home office quizás haya alterado la lógica detrás del ¨pizzómetro¨.

Tener un KPI no es el final, sino el comienzo. Un buen indicador debe ser usado, monitoreado, comunicado y accionado. Por eso, si hablamos de siglas, sumemos una más: KPI + FYA (For Your Action). Porque medir sin actuar, no transforma nada.

En BASF Services Americas promovemos una cultura donde los datos acompañan a las decisiones y no se quedan en el Excel. Porque el mejor KPI no es el más técnico ni el más complejo, sino el que te ayuda a avanzar hacia tus objetivos con claridad, impacto y foco. 

Y vos, ¿qué estás midiendo? O, mejor dicho, ¿qué necesitarías medir? Esa pregunta es la clave que no podemos perder de vista. 

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